jueves, 1 de septiembre de 2016

Septiembre.

He perdido el tiempo, que alguien me ayude porque no sé donde lo dejé. Era un tiempo así como breve, delicado, hermoso, lleno de buenos momentos. Seguro que lo reconocerás enseguida porque no tiene perdida posible por eso a mi me extraña haberlo perdido. He perdido el tiempo y necesito encontrarlo ahora mismo. He perdido el tiempo con gente que no sé como me ha podido pasar, porque esta vez estaba todo a buen recaudo y no teníamos que firmar por nada. Estaba todo tan atado y tan conciso, lo único que podía darnos miedo era que este se perdiera, pero fuimos un par de capullos y tratamos lo excelente por rutinario. Cómo si no importara, como si fuera lo mismo de siempre, como si no valiese. Hemos hecho lo mismo de siempre, sentarnos y darlo por sentado como si fuese otro experimento repetido de cuya reacción química no fuera a impresionarnos, porque uno más uno eran dos. Pero que no cunda el pánico, porque yo sola también he estado perdiendo el tiempo, tendida en la cama contando mis pedazos en vez de recomponerme, de ese modo las noticias han sido arrolladoras y aplastantes, porque no he salido a buscar las malar. Pero que cunda el pánico, porque también he perdido el tiempo con otras personas, que a fin de cuentas, no valía la pena, echando de menos a la gente de verdad, cerrando puertas y repasando agendas, en vez de esas curvas que conducen a ese cálido tiempo. Por estas mil razones, ando aquí buscando el tiempo perdido, me dirás que es una pérdida de tiempo, pero yo necesito ese tiempo perdido con sabor agridulce.Pero necesito recuperarlo, me da igual lo que me digan. Porque yo ya he perdido el tiempo, y muchas más añadidas a esta, pero del bueno en cantidad.

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