domingo, 13 de noviembre de 2016

Somos todas esas cosas que no se dicen ni en voz baja, si no que se piensan antes de que tus ojos se cierren abriendo puerta a los sueños. Somos todos esos momentos en los que hemos llorado a escondidas susurrando cosas en voz baja, para qué engañarnos, somos todo ese sufrimiento disfrazado de procesión que va por dentro todos los días con la mínima esperanza de que todo vuelva a ser como era antes. Somos de quién le dedicamos los brindis en voz baja en nochevieja o cualquier acontecimiento del año. En fin, somos todas esas historias a medias guardadas en cualquier ático de nuestra alma que quizás sucedan o quizás se terminan, esas historias que no nos atrevemos a quemar por que el deseo de quemarnos con los protagonistas es mucho mayor. Somos todo eso y más, Somos las risas en mitad de un beso, todos los polvos que debemos a personas que ni si quieran lo saben. Somos mandíbulas apretadas por toda la fuerza y rabia, somos momentos en los que nos han bailado las piernas por circunstancias que ni si quiera nadie comprende. Somos travesía y destino. Noches estrelladas, suspiros al otro lado de la puerta, labios que se tuercen, miradas que desafían y manos cogidas entra una multitud de gente aprentandose bien fuerte para no separarse. Somos mucho más, y eso, nadie podrá arrebatárnoslo.

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