sábado, 28 de enero de 2017

Aun así vuelvo a pasar por aquellos lugares en los que se no está prohibida la entrada, te reirás al leer esto, pero es así. Suelo hacerlo de puntillas y disfrazada de una persona diferente, una chica distinta con un toque triste en los ojos, fingiendo que no lleva anclado su pasado a los hombros. Alguien que creció demasiado deprisa y que ahora , ya no puede reconocer a esas dos personas que, hace mucho tiempo ya o demasiadas tormentas, se besaban desenfrenadamente. Te juro que nos veo, y nos veo tan bien que me dan ganas de suplantar a esa chica tan risueña. Quiero darle todas las responsabilidades que me he achacado y quedarme con sus revoluciones, pues ella nunca dejaba de alzar la voz y ahora esta muda. Como iba diciendo, nos veo, corriendo entre largos pasillos, mirándonos de reojo y proclamándonos la guerra. Nos veo alzarnos la voz y quitándonos la ropa como si el tiempo no hubiera hecho ya eco de aquellos momentos. Como si no hubiesen aparecido nuevas heridas o no se hubiesen cerrado las anteriores, como si nuevas personas no hubiesen aparecido en nuestras vidas. Y nos envidio, estábamos tan llenos de vida que parecíamos invencibles. Puede que te rías aún más, pero volvería a repetirlo sin dudar con tal de volver a sentir la vida de esa forma. 

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