viernes, 6 de enero de 2017

¿Qué probabilidades había de que nos encontráramos? , yo tampoco sé dar una cantidad cierta. Hay cien mil estudios sobre esto, sobre a la edad a la que puedes encontrar un gran amor o alguien que te marque sin necesidad de otorgarle a esta persona un título tan pesado. En fin, que no sé cuantas veces más podríamos encontrarnos. Son miles las veces que te he escrito con la mandíbula apretada, y otras cincuenta más en las que he tenido que apretar los puños y callarme. Qué más da, son solo cifras. Pero quiero decirte una cosa, ahora que no me lees, ahora que no me escuchas, ahora que ya no me recuerdas. Total... esto tan solo es un puñado de palabras otra madrugada más, que no cuenta pero se hace cuesta arriba. Podíamos haber sido tantas cosas:  miles de amaneceres helados de frío, duchas eternas, y noches más aún. Escapadas a la otra punta del mundo o al otro lado de la cama. Risas, y sobre todo besos. En fin que podíamos haber sido todo y  cosas tan  distintas que me faltaría espacio para poder enumerarlas , pero preferiste no serlo. Y yo te deje.  Volcamos el cielo y nos creíamos estrellas con el mejor guión. Obviamente se nos fue de las manos

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